El futuro del sector agrícola español
Desde Ferroice®, nos hacemos eco del último estudio realizado por PwC, a solicitud de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), con la finalidad de analizar la situación actual y las perspectivas futuras del sector agrícola español. El objetivo fundamental del trabajo es impulsar el necesario debate social y político y contribuir a la reflexión estratégica sobre los objetivos y las actuaciones que debería emprender el sector agrícola para garantizar su sostenibilidad económica, social y medioambiental.
El estudio se centra en la producción vegetal, a la que se hace referencia también a través de los conceptos de producción agrícola o, directamente, de agricultura.
El futuro del sector agrícola pasa por la construcción de una estrategia que coordine y oriente el esfuerzo y la actuación de los principales agentes e instituciones hacia un mismo objetivo: la sostenibilidad económica, social y medioambiental del sector.
El sector agrícola, un sector estratégico para la economía, la sociedad y el territorio
La agricultura desempeña un rol absolutamente fundamental como fuente de producción de alimentos imprescindibles para la vida y la salud de las personas. Sin embargo, la contribución del sector agrícola no se limita a la importancia de su función como proveedor de productos básicos de alimentación, sino que la actividad agrícola también genera importantes beneficios para la economía, la sociedad, el territorio y el medioambiente.
La agricultura constituye un sector estratégico, que aporta un gran valor económico, social, territorial y medioambiental.
En 2017, el sector agrario empleó solo de forma directa a más de 749 mil personas, generando una producción vegetal de más de 25.300 M€ en ingresos. Con unas exportaciones agrícolas de 17.430 M€, contribuyó a mejorar la balanza comercial española en 6.555 M€.
Visión de PwC de la cadena de valor del sector agroalimentario
España es el país con mayor proporción de PIB agrario de la Unión Europea.
Para valorar la relevancia del peso que tiene la agricultura sobre la economía española resulta de utilidad compararlo con el de otros países de nuestro entorno. En esta línea, la tabla 1 muestra el peso del VAB agrario sobre el conjunto de la economía en España, y lo compara con otros 5 grandes países europeos, y con la media de la Unión Europea (UE), a través de datos de Eurostat. Como puede observarse, España es el país que registra un porcentaje de PIB procedente de este sector más elevado, por encima del de Alemania, Italia, Países Bajos, Francia o Reino Unido.
Nota: Calculado en base a datos de VAB agrario que incluye, además de la producción vegetal, la producción animal, la silvicultura y la pesca. Cifras provisionales para España, Francia y Países Bajos.
En términos de empleo, el número de trabajadores del sector agrario ha pasado de algo más de 882.000 en 2000 a 749.700 en 2017. En términos relativos, el empleo del sector representaba el 5,3% de la ocupación del país en 2000 y el 4,0% en 2017.
En España hay más de 749.700 agricultores y ganaderos, cifra muy superior, por ejemplo, a la de Francia o Alemania.
La relevancia económica de la agricultura va más allá de su propia actividad, ya que este sector se encuentra estrechamente vinculado con otras actividades como la industria agroalimentaria de transformación de alimentos, o la industria de insumos para proveer al campo de las herramientas necesarias para la producción. De esta forma, la relevancia económica de la actividad agrícola es superior a la que estrictamente se recoge dentro de lo que la contabilidad nacional engloba en su propio sector y que no tiene en cuenta la generación de valor añadido en otros sectores o actividades económicas relacionadas (en particular, respecto a la industria proveedora de insumos, servicios, suministros, equipos o materiales de construcción necesarios para la actividad agrícola, ganadera y agroindustrial, e igualmente, en relación a los servicios de transporte, logística o distribución de los productos agrarios y alimentarios).
Nota: El empleo agrario incluye la producción vegetal y la producción animal.
El sistema agroalimentario constituye la segunda industria del país, muy cercana al turismo, con una contribución del 10,6% al PIB y del 14,2% al empleo.
Si se agregan también las actividades asociadas, el conjunto de sectores productivos, industrial, de transporte y de distribución, conocido como sistema agroalimentario, constituye una de las primeras industrias del país, muy cercana al turismo, con una contribución del 10,6% al PIB y del 14,2% al empleo.7
Nota: Últimos datos disponibles (cifras de VAB y empleo relativas a 2016 excepto para la industria de insumos y servicios al sector agrícola y agroalimentario que se refieren al año 2015).
Contribución de los principales productos a la facturación agrícola española (M€, 2017)
Fuente: Cuentas Económicas de Agricultura, Eurostat.
Nota: Para la desagregación de los principales cultivos se ha empleado la clasificación de Eurostat. (1) Hortalizas: tomate, coliflor y otras hortalizas frescas. (2) Fruta: manzanas y peras de mesa, melocotones, otras frutas frescas, cítricos, frutas tropicales, uvas y aceitunas. (3) Cereales: trigo, centeno, avena, arroz, maíz y otros cereales. (4) Plantas forrajeras: maíz forrajero, raíces forrajeras y similares. (5) Plantas industriales: semillas y frutos oleaginosos, proteaginosas (incluidas las semillas), remolacha y similares. (6) Otros cultivos: materias vegetales utilizadas principalmente para trenzado y otras semillas.
Los cultivos leñosos ocupan el 20% de la SAU en España, una proporción muy superior al 7% de la Unión Europea.
Representatividad de los diferentes grupos de cultivo en la producción agrícola nacional (2017, % de la producción agrícola) |
Fuente: Cuentas Económicas de Agricultura, Eurostat.
Nota: Las cuotas de producción mostradas representan el porcentaje de producción agrícola total sin incluir los siguientes productos: tabaco, aceite de oliva, vino, flores, materias vegetales utilizadas principalmente para trenzado y otras semillas. Los valores sombreados indican una cuota igual o superior al 5% de la producción nacional.
España es el primer exportador del mundo de productos hortofrutícolas frescos.
Contribución a las exportaciones y al equilibrio de la balanza comercial
Puesto en perspectiva internacional, la producción agrícola española es referente a nivel global. La agricultura es un sector en el que España tiene una importante ventaja competitiva frente a otros países, derivada de sus condiciones climatológicas privilegiadas, especialmente en términos de horas de sol y temperatura, que favorecen la producción incluso en la temporada de invierno. Como consecuencia, el sector agrícola, con más de 17.400 millones de euros en exportaciones en 2017,14 un 6,2% de las exportaciones totales españolas,15 es el sexto sector más exportador, por encima del sector textil y de alimentación.
Fuente: DataComex, datos procedentes de Eurostat.
Nota: (1) Capítulo 7 de la clasificación TARIC formado por legumbres y hortalizas, raíces y tubérculos alimenticios. (2) Capítulo 8 de la clasificación TARIC formado por frutas y frutos comestibles, cortezas de agrios o de melones. Se han clasificado los sectores de acuerdo a la Nomenclatura HS 1988/92, similar a la empleada por el World Integrated Trade Solutions para clasificar las exportaciones. Información por sectores excluyendo los capítulos 14 y 15 de la nomenclatura TARIC.
Principales países por cuota de exportación agrícola (2016)
España es el primer Estado miembro productor de frutas y hortalizas de la Unión Europea y el sexto a nivel mundial. Además, España produce a nivel global el 44% del aceite de oliva y el 24% de las aceitunas de mesa. Las cifras relativas al vino tampoco se quedan atrás, ya que España es líder en superficie dedicada a este cultivo y tercera en volumen de producción (14% del total), superada únicamente por Italia y Francia.
Buena parte de esta producción se destina al mercado internacional. España está entre los principales exportadores del mundo en productos agrícolas, con un 2,4% de la cuota mundial de exportaciones (ver figura 10), compitiendo directamente con países con gran superficie agrícola como China, Estados Unidos o India.
Nota: Para cada país se muestra el porcentaje que representan sus exportaciones agrícolas sobre el total de exportaciones agrícolas mundiales.
El sector agrícola ha contribuido a disminuir el déficit comercial estructural de la economía española en un 16% de media en la última década.
Evolución de las exportaciones e importaciones agrícolas en España (millones de euros)
Evolución del saldo comercial del sector agrícola y del conjunto de toda la economía española (millones de euros)
Nota: Cifras provisionales para el 2017.
Tendencias que afectarán a la evolución del sector
En el corto plazo, los avances tecnológicos van a permitir aumentar la productividad, reducir los costes y mejorar la rentabilidad de los agricultores.
En el largo plazo, los avances van a ser la única vía para satisfacer la demanda futura de alimentos y reducir el impacto ambiental.
Lo que es seguro es que los avances tecnológicos tendrán importantes implicaciones. Por ejemplo, en el futuro la capacidad para recolectar y analizar datos en tiempo real va a ser cada vez más necesaria; emergerán nuevos competidores a medida que la tecnología y la innovación den lugar a nuevas ventajas competitivas e incremente la productividad, etc. En este contexto, el sector agrícola no solo no estará ajeno a estos avances, sino que será uno de los principales ámbitos de aplicación de muchos de ellos, lo que provocará una profunda transformación tanto de la actividad agrícola como de sus relaciones con el resto de agentes del sector y con los consumidores.
La expansión de la agricultura de conservación hasta su máximo potencial podría generar un incremento de la producción agrícola de 16.919 millones de euros y un ahorro de costes de 13.333 millones hasta 2050
La mejora de la calidad y la eficiencia normativa en materia agrícola podría contribuir a incrementar la producción vegetal en 67.752 millones de euros en los próximos 30 años, el equivalente a casi tres veces la producción agrícola de 2017.
Partiendo de estos datos, se ha realizado un análisis estadístico y econométrico para explorar y cuantificar la incidencia que la calidad y la eficiencia regulatoria pueden tener sobre el desempeño de la agricultura. Para ello, se ha estimado un modelo econométrico que relaciona la producción agrícola como medida de desempeño sectorial con la variable de calidad y eficiencia normativa, instrumentalizada a través del indicador agregado EBA para cada uno de los 62 países disponibles, controlando por los principales componentes de producción (tierra, trabajo y maquinaria).
La estimación ha arrojado un coeficiente positivo y significativo de 1,1%. Esto significa que la mejora de la normativa de un país materializada en un punto de indicador EBA tiene el potencial de incrementar la producción agrícola en nada menos que un 1,1%.
Para el caso de España, estos resultados suponen que, si España consiguiera reducir la brecha de su calidad y eficiencia normativa respecto a la frontera de mejor desempeño, podría conseguir mejorar la producción agrícola nacional en más de 4.100 millones de euros. De forma equivalente al punto anterior, asumiendo que esta brecha se redujera en 30 años con un ritmo de avance similar al de las adopciones tecnológicas, de aquí a 2050 el impacto acumulado podría ascender a 67.752 millones de euros. Es decir, únicamente mejorando la calidad y eficiencia de la normativa relacionada con el sector agrícola, se podría generar un impacto de un orden de magnitud similar al del desarrollo de las actuaciones y tecnologías más relevantes.
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